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viernes, 26 de agosto de 2011

Marianela Puebla, Valparaíso, Chile












BUSCÁNDOME

Ya no sé quién soy
se ha perdido el rumbo de mis pensamientos,
mueca,
papel,
un arrecife en donde  van a dormir peces multicolores.

Tal vez Dalila en pos de Sansón,
madre,
quimera,
grito,
quién sabe,
se ahoga la voz en la vertiente de los sueños
y la almohada florece
de pesadumbre.

Aún estoy buscándome en la oscuridad de un alarido
quiero encontrarme
y saber quién soy.

¿Hay alguien que me escuche tras la fría realidad?

José Santana Prado, Guadalajara, Jalisco, México










 MULTIVERSO

Yo nací sin nadie a mi alrededor que escribiera la historia de mi existencia, sino que, comencé a escribirla con la tinta de mi propia sangre que he editado sobre el papiro de los años.

Tampoco nací con atuendo de rey o de mendigo, llegué sólo con la piel de vida que me proporcionó mi madre a través del cordón umbilical. Las palabras dulces, los regalos y lisonjas, llegaron más tarde, después del llanto universal, mi primer llanto que me indicó la urgente necesidad de respirar por primera vez en el mundo de mis padres, el que ahora llamo planeta.

Y me observo a la distancia, contando los ayeres, el hoy y los mañanas que no sé si en realidad vendrán, y  sin embargo, espero con la calma que poseen las páginas más dulces o amargas del anciano calendario.  Así soy, un tanto despreocupado de la charla matutina en que se enfrascan las estrellas, sin mirar tan alto, sólo lo que me apetece alcanzo.

Creo parecerme al viento austral de la Patagonia que arrastra las barcas por el lago sin cobrar el peaje, transportando racimos de pensamientos, letras y poemas hasta el pórtico del atardecer, donde te encontré aquella tarde en el delta del tiempo, cuando comenzaste a hacer de mi vida una hermosa eufonía. Válgaseme decir que cada momento a tu lado se transforma en lo mejor del multiverso, desde entonces, florece el bello monstruo del amor.

Así de sencillo nací, e igual diré hasta luego, cuando los párpados de la noche cierren mi ventana y te susurre muy calmo al oído: Amor, te esperaré a la vuelta del sol, donde todo es transparente como tu alma.