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viernes, 5 de febrero de 2010

José Pejó Vernis, Torrejón del Rey (Guadalajara), España



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A ROCÍO L’AMAR


Hospedo entre mis asmas el suspense
de un hallazgo común: la poesía con ojos hacia adentro.
Extraigo la sinopsis de una foto antigua,
y el gris en la primera misa del verbo va sin adjetivar.
Tengo huesos carentes de nariz,
y percibo el asombro de la mano
cuando acaricia la fertilidad,
mientras tiembla la carne igual que una campana hecha de bronce.
El mar, la mar, se hunde en el rocío,
como una lágrima,
el poema, en su grito,
y el verso, que germina en los glaciares
los nidos de gaviota con sus sílabas,
coge las alas
y asoma de agua sal entre los dedos de Rocío L’Amar.

jueves, 4 de febrero de 2010

Marianela Puebla, Valparaíso, Chile


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ALUCINADA

¿Quién me puede aconsejar si voy errante
siguiendo el sabor de tu piel, de tu voz,
de tus besos?
¿Cómo puedes alejarte, así de pronto
entre el reflejo de noche y el deambular de mis días perdidos?
Sigo el curso de tus pasos desaparecidos en la maraña
de la incertidumbre.
Voy sin tregua acechando tu aroma
enredado en las horas sin tiempo, sumido en el cristal de la oscuridad.

Busco entre eclipses de soles, estrellas caídas,
la forma de continuar este capítulo,
páginas en blanco que necesitan tu roce.
¿Cómo puedo darte alcance en la selva caótica del entendimiento?
Mis pensamientos circunnavegan el perímetro
de la locura y ya no tengo paz, debo alcanzarte.

¿Quién puede desasirme del abrazo atrapado en mi pecho,
de tus labios que encendieron los míos
con una flama insaciable?
La flecha que envenenó de amor las ruinas de mi piel,
y alucinó el vacío de mi existencia.
¿Quién?

Dicen que es sólo imaginación,
que vivo un espejismo.
Tan absurda esta manera de amar a un desconocido,
creación delirante de un deseo,
torbellino de un mar en agonía.
Pero no, yo sé que estuve anidada en tu pecho,
sentí el palpitar de tu sangre,
mi sombra se mezcló con la tuya
y fuimos dueños de la luna menguante.

Deja que las horas descansen sin congoja,
y regresa los pasos, bríndame tu fulgor,
escribe en mi cuaderno tu crepuscular mensaje.

Hazte luz, que todos te vean
y aleja el laberinto hipotético de la soledad
que me asedia sin tu presencia.

lunes, 1 de febrero de 2010

Medardo Urbina, San Pedro de la Paz, Chile


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POR LA VENTANA

Aunque no lo creas, ¡estoy contigo!
cuando caminas, voy allí, entre ambas
y cuando miras, me asomo a tu pestaña,
y cuando respiras, voy contigo respirando
y si manejas, te voy guiando para que no choques
abrazándote, acurrucándote
diciéndote cositas al oído
aunque tú parecieras no escucharme
(tal vez requieras un lavado de oídos?)
y cuando vas a ducharte, estoy contigo
y voy en la mano que manejas,
aquella con la que mojas el jabón
y me deslizo por tu piel, por todas partes
y me entretengo resbalándome por tu cuerpo
Me gusta el agua caliente ¡me calienta!
y tus aromas, van de la mano contigo
y entonces, me dejo llevar por leves brisas
y me voy contigo a dormir, tras de tu oreja
y te susurro versos y melodías,¡te arrullo!
cuando te quieres dormir, yo te conduzco
y si te duermes, yo me despierto
para dar paletazos a ese zancudo
que se metió por allí ¡por la ventana!