;

Seguidores de la Revista

lunes, 24 de marzo de 2008

CARLOS ERNESTO GARCÍA, Santa Tecla, El Salvador
......
“UN CAFÉ DE ATARDECIDA”
......
Él un marinero
Ella la eterna mujer del puerto
La que espera siempre
la que siempre esperó
Él anciano ya
lee en ella
a la mujer
de hace veinticinco años atrás
Ella enamorada de él
acepta sin reproches sus caricias
Yo próximo a su mesa
escribo una carta
que nunca enviaré a ninguna parte
Ella lee para él
lo que supuestamente
dice de su horóscopo
una gastada revista del corazón
y así le habla durante más de media hora
con palabras imposibles de imprimir
hablándole con el corazón
— no el de la revista
sino el suyo —
Desde las primeras letras
intuye que el hacedor del horóscopo
de este mes
se equivocó por completo
que en realidad lo que ella desea
es que él no se vaya
Que se quede para siempre
o que tenga al menos
el valor necesario
para decirle que la quiere
Que Islandia por bella que sea
queda demasiado lejos
como para no doler
Así le habla
mientras él la escucha distante
con la mirada perdida
en un punto fijo.
........
“ATAÚDES BLANCOS”
.....
Varios estudiantes apiñados en la calle
forman una especie de montaña nevada
cubiertos como están por sábanas blancas.
En el centro de la plaza
ya sin aliento de vida
la barricada que armaron los muchachos
con viejos pupitres y pedazos de tablas
sacadas de los basureros.
Entre el humo de la pólvora
los dejaron caer violentamente
sin la menor delicadeza
sin cortesía alguna
sin la más leve consideración
hasta formar un amasijo
contra el pavimento.
Los lanzaron
como arrojan los cuerpos
en la fosa común
al final de la batalla.
.......
“A QUEMARROPA EL AMOR”
.....
Guardo como pequeñas piedra de mar
días de nieve
regiones habitadas por el miedo
incendios de miradas devastando las calles
reinos de abejas y de hormigas
silvestres floraciones de palabras
atardeceres bajo oscuras arboledas
lápidas polvorientas
sobre historias personales
mesas de café
desde donde controlábamos las piernas
de una mujer que no nos hizo ni caso.
Alojo recuerdos como piedras de mar
y ninguno termina de hacer daño
en la palma de la mano
donde los aprieto con indecente esperanza.
Son recuerdos
como los de un gato en el jardín
con una bala entre las patas
¿O será alguien cargando su revólver?
De un gato que llora en el jardín
¿O será mi madre
que no está en casa desde ayer?
El recuerdo de un hombre que salta la verja
y yo no tengo tiempo
ni ganas para recibirlo.
.......
..... Los impactos rompen la puerta
..... mientras irrazonablemente
..... la luna se aburre allá arriba
..... y saltando el muro
..... caigo en un estanque dorado
..... a salvo de la ballena que arrasa.

3 comentarios:

  1. Interesantes versos. Rocío te he premiado con Arte y Pico, ingresa a mi blog para mayor información.

    ResponderBorrar
  2. Bienvenido sea el premio. Gracias por la difusión que ello conlleva.
    Un enorme abrazo poètico

    ResponderBorrar
  3. Rocío: soy Karina García del Centro de Investigaciones Poéticas Casa Azul de Valparaíso. Felicitaciones por esta red de adictos a la palabra que ha creado Ingrid Odgers, que recientemente vino a leer con nosotros acá en valpo y te mando los sitios para que nos vayamos conociendo.

    abrazos
    karina
    www.grupocasaazul.cl
    www.grupocasaazul.blogspot.com

    ResponderBorrar