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sábado, 5 de septiembre de 2009

Yoel Ventura Rivera, Huánuco, Perú

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LÁGRIMAS DE UNA PALOMA SIN CORAZÓN

estaba lloviendo,
es como si Dios estaría
llorando por lo sucedido.

Miré a la luna y le dije:
sólo tu serás testigo de lo que sucedió aquí
mas ella respondióme diciendo:
no, joven caballero, también
las estrellas son testigo,
entonces miré el cielo
y allí estaban las estrellas
silenciosamente se encontraban
contemplado todo lo sucedido.

* Fragmento

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