;

Seguidores de la Revista

sábado, 1 de marzo de 2008

ALFREDO VILLANUEVA COLLADO, Santurce, Puerto Rico

“MUERTE”

Cuan grandiosa
esta nada,
este nunca,
o jamás.

Este ruido
o sonido
más dulce
que cualquier orgasmo,
que acompaña
al proceso
de disolución
de la carne,
su epifanía
en asesinas
enzimas.

Estas constantes
cuchilladas
sobre las extremidades
ya seminalmente
ateridas
Este otro fuego
que obstinadamente
rehusa
rendir su flama.

Porque hijo soy de la bruja y el mago.
Por cojones y ovarios me aguanto, y gozo
de la putrefacción y del destierro.

Regresaré, como las golondrinas,
al amado lugar sin límites.


“ADIÓS, PAPI CHULO”

A él lo enterraron
sin mitra ni cirios de costosa cera,
sin acólitos o anillos reales.

A éste lo entierran
bajo una cúpula frente a un trono,
mientras sus príncipes administradores
imponen el protocolo de los poderosos.

A él lo enterraron
desnudo y ungido de humildes yerbas
bajo un lienzo sudario de basta tela.

A éste lo entierran
cubierto de incienso y seda
en la pompa ritual de un imperio imperioso
mientras lloran las masas acostumbradas
a la superchería de un padre, temporal y eterno,
que los protege de la revelación a toda costa.

Nunca sabrán que han creado sus figuras divinas.
Nunca sabrán que son lo que adoran.
Que cada dios de la especie $3>$3>$3>$3>foriza

un proceso,

doloroso,

infinito.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario