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sábado, 1 de marzo de 2008

LUIS GILBERTO CARABALLO, Caracas, Venezuela

“EL ÚLTIMO BESO”

La noche corre en desvelo,
hacia su última puerta
abatida en el olvido
del vino.
En la infinitud de la celada
entre recuerdos, alguien la siente
se desgaja
es la lágrima última
del tango.
Su última sílaba se aroma
con la noche del vagón de fondo
murmullo santo de la estrella
lejana.
La mano que nunca cerramos
las horas que nunca tuvimos
los besos que no se alcanzaron
en la estrechez del río
en la amplitud del corazón.

La noche corre, desvaría
hacia su última puerta.
Unas piernas la caminan por ráfagas
las prefiero en su lejanía
en su andar descalzas
en su altivez de medias negras
en sus labios de pasión secreta
en su religiosidad ebria.
Las prefiero solitarias en las calles
donde ronda el poema ausente
el prófugo letargo
la nube corrompida de la lluvia última.

Tengo una golondrina atada
en el aroma de una rosa
en la piel santa del abdomen
de una cárcel, para el último viaje.
Es la última puerta de la noche
el hilo del tiempo desconocido
el llanto interno en Buenos Aires.
La puerta por donde iré
con el cielo desvanecido
apagado por la luz que muestra
que ya amaneció el tango en el puerto.
La noche pasa con su nostalgia
va hasta el verso de su destino.

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