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sábado, 26 de enero de 2008

MARIO NOEL RODRÍGUEZ, San Salvador, Salvador
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"AL MANIQUÍ SOLLOZANTE DE VICENTE HUIDOBRO"
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Duerme Altazor, despreocupado con peluquín
y tu exhuberancia firme con los inmortales.
Duerme, aviador de otros mares.
El siglo nos partió el coco, hizo del verano un fango,
del invierno la tragedia
(las flores siguen con la neurótica explosión).
Yo voy a revelarte capitán del disparate,
a decirte al corazón con megáfonos
la sed que revienta en cien a este momento.
Salí bufón con reflector para leer las manos
a la madre de guerras: la remembranza.
Soy un caso de observar en los basureros que nadie explora.
Sólo la conciencia rebotona ayuda a mitigar los aterrizajes,
los raspones en la ansiedad del que llevo vacilante.

Voy de la edad (10+10+10+10)
a la mirada de los míos que roncan,
ellos son la salvación del barrilete que nací.
Soy ésto, quizá aquello,
la serpentina de un sueño declarado down,
cloaca de flores, dictadura de nubes.
Duerme enfermero de la posteridad.
Yo taparé el fuego que fatiga estas páginas,
el herpes que consume la distancia
entre tu tiempo y mi paracaídas atascado.
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"TUMBA DE SALARRUÉ (SAGATARA)"
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Del invierno traigo un recado sin codificar.
La memoria cabe en un sartén de barro,
el corazón tropieza en su mismo aserrín.
Requetecipote,
no hay barrilete que valga para hablar de cosas,
de lugares atravesados por la niebla,
territorio de golondrinas y locos.
Aquí traigo un buchito de eternidad
para depositarlo en el caracol de tu pecho.
¡Corta la vida, profunda la poesía!
No duerme el verde en tus ojos,
ni el azul de las huellas de gavioto.

Tanto qué hablar mansedumbre de pájaros,
pero se te ocurrió la barba y la boina
y nos dejaste con el unicornio ensillado.
...
“DE VEZ EN CUANDO LA VIDA NOS BESA EN LA BOCA”
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Hablo de la vida
y reviento en pájaros ciegos.

Un vaso de vino
tiene en el fondo a Caín golpeando su frente.

Hablo de la vida.
Hablo de la que gasta suela,
de la loba paridora
que te tira al ruedo alumbrándote la cara,
que te gasta sin gastarse ella.

Un vaso de vino
tiene en el fondo a Caín golpeando su frente.

Hablo de la vida.
Hablo de la que te parte en varios,
de la víbora que arrulla a sus crías
pero después les vomita el camino.

Hablo de la que apaga las luces,
de la loca callejera
que entre sus tanates y costras
lleva una razón amarga y bella.
...
"PEQUEÑO"
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A los solidarios anónimos
Y a los que desde el cielo
Nos ven aferrados a la esperanza.

Vas a nacer tantas veces, pequeño.
Vendrás del Norte ventilado –latiendo-
al corazón abierto y joven,
del Sur subido de tonos a la garganta gozosa montaña adentro,
del Oriente tibio al regocijo del beso,
del Poniente crepuscular al nacimiento de agua.
Vendrás a este centro mío.
Las mañanas traerán noticias de nuevos pájaros,
las noches serán sorprendidas por candiles de afecto,
a miel sabrán los consejos de las bocas mayores,
y las cejas no estarán juntas, sino volando,
porque imitarán a las gaviotas cantarinas.

Tres veces cantará la sangre:
río donde duermen y juegan abuelos y nietos.
De los árboles bajarán aromas de otros días,
De cuando el aire límpido traía de las trenzas a la primavera
y lloraban los hombres como niños deslumbrados.
La sangre subirá desde tu vida.

De otros países vendrán manos a besar tu aposento.
Sonajas, inciensos, abrazos desbordantes hasta la lágrima,
todo será para coronar tu risa de estar con nosotros.
Los amores incompletos serán remachados de orquídeas,
los sueños volverán a repetirse sobre el pecho amado,
el solitario buscará sombra en los otros
y no habrá lugar para lo gris, para las ruinas de la noche.

Entonaremos canciones mudas para que el pecho vuele,
contaremos de lunas ovilladas en tus arroyos,
de luceros, testigos de quienes partieron
y ahora vuelven para besar tu cuerpo de sol,
sedientos, arrodillados, cansados de ser hijos padecientes.

Te siento. Te vivo.
Eres la geografía de este amor arrebatado,
de estos días de ver al cielo para cubrirte de inviernos,
porque tu piel es barro puro,
por eso te defiendo, niño mío.

Te transpiro. Te vivo.
Buscaré palabras para iluminar la sombra que te mece,
frases para decir este apego,
esta razón de ser el deseado,
el amado de nuestros años pasajeros.

Y pasarán los siglos arrebatando sueños,
pero tú, pequeño mío, País amado,
vas a nacer tantas veces,
de pie con nosotros, semillas de tu vientre

Santa Tecla, febrero 2001

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